jueves, julio 01, 2004

EL CAMINO A GABRIELA




La senda que conduce a la "Paz de Gabriela"... es larga, directa y concluye en las montañas sumidas en aire puro. Es un camino mágico, que conjuga pasados y presentes, días de sol, tormentas y frustraciones... es la senda de la vida que va y viene entre nubes y estrellas, entre el ayer y el ahora, y del tiempo que cambia a cada instante nuestros destinos.


Su paisaje es su hogar y su refugio inexorable, cada imagen mental en torno a ella se conjuga con sus pasos por calles bordadas de verde vegetación, de claros arroyos, de otoños y pájaros fugaces.

Gabriela no es rubia ni tiene ojos claros, su piel es como la almendra y sus manos son hacendosas como un enjambre en primavera. ¿Cómo describir a Gabriela en una sola palabra? "Amiga","Mujer","Esperanza", creo que mejor le sienta "Gabriela", con la fuerza de su nombre inconfundible.

Ella asoma y aparece el sol con sus rayos dorados, inagotable y vivaz; ella sueña y su luna baña con sentimientos y colores las horas oscuras de la soledad.




Es de noche y el silencio cae tan frío como la helada en las calles vacías, Gabriela descansa frente al fuego del hogar mientras las llamas conversan con sus ojos... el invierno trae sensaciones mezcladas de alegría y tristeza a su vida de lucha invencible. En ella comienzan y terminan las historias de amores triunfantes, eternos, platónicos, reales y efímeros; la pasión y el dolor que esconde tras sus silencios sutiles.





Solo un golpe en la puerta y afuera queda el misterio de la noche que trae pasos perdidos de un encuentro a escondidas...


-"Gabriela, cómo estás pasé por aquí antes de llegar a casa pues debo contarte algo" - exclamó su amiga.